Es probable que los siete
jueces que han condenado a Garzón por prevaricación hagan más por la tensión
social española que las cifras del paro, la prima de riesgo y la deuda
soberana. La imagen, en cuatro tiempos, es sencilla:
1.- Camps, unido al
cabecilla de la Gürtel en calidad de “amiguito del alma”, campspeando a sus
anchas con la divisa de inocente marcada en la frente.
2.- Matas, apareciendo en
“Salvados”, para “contar la verdad”. Rivalizará con Jordi Évole para la
adjudicación del calificativo “follonero”.
3.- Undargarín, pide que no
le graben en la toma de declaración en los juzgados. No vaya a ser que le miremos los ojos mientras se defiende de graves acusaciones.
4.-El juez que lleva el
caso de los crímenes del franquismo y el de la trama de corrupción Gürtel,
condenado y apartado de la carrera judicial.
Me huelo que esos siete
jueces del Supremo han metido a todo el país en un buen lío. El de Rajoy va a
ser poca cosa. La historia está trufada de graves conflictos que explotaron por
una chispa similar a la de la condena de Garzón. La chispa de la indignación.
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