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martes, 2 de agosto de 2016

Como cualquier familia española...

No comprendo como los megacomunicólogos  y espadachines del lenguaje de Podemos han dejado tirado al pobre de Echenique con el lío de la condición laboral de su cuidador. Cada paso que hace para aclarar las cosas es un paso hacia el marasmo y el fango. 

Hoy mismo le oigo justificarse que él no se acuerda de cuándo se producen ciertas cosas “como cualquier familia española”.  Como es natural, al minuto, Echenique ha sido comparado con una familia española, en concreto la Real y, más particularmente con la Infanta Cristina, sufridora de amnesia.

No insistiré en lo saludable que es tomar uno mismo el aceite de ricino que  ha recomendado con ahínco a los demás. Sinceramente, creo que es igualmente higiénico caminar el trecho que va del Asalto a los Cielos al trapicheo con la seguridad social de un autónomo. Desde Rinconete y Cortadillo, la picaresca española se hace un lugar entre las clases populares; las altas, como es natural, prefieren el trile de la gran ingeniería financiera.

Por eso me parece del todo perverso meter en el mismo saco a Echenique y a los grandes corruptos de pata negra, confesos y convictos. Aprendices de brujo a sueldo tratan de igualar una multa  por aparcamiento incorrecto con una agresión con arma blanca. Asumo que no hay gama alta y baja en temas de corrupción; pero Echenique, de momento, no pasa de la picaresca como la de "cualquier familia española", como el mismo dice con sorprendente candidez.