No estoy
seguro que, al menos electoralmente, al PSOE le convenga un excesivo escoramiento
hacia la izquierda sin tener en cuenta el centro sociológico. Ayer, elpaís.com publicaba un gráfico interesante sobre el
posicionamiento político de los votantes socialistas en 2008 y en 2011. El gran
desplome del voto no viene por la izquierda sino por el centro (columna 5).
El co(razón),
ante el fracaso de las políticas marcadas por una Europa de derechas, tiende a exigir que el Partido Socialista actúe como adalid de una izquierda firme para renovar
las perspectivas sociales y económicas. Se comprende y quizás sea lo justo.
Pero la (¿)razón
a secas, matemática y fría, indica que si estas políticas no seducen al grueso
de las clases medias, que se considera en una mayor parte de centro, no se avanzará.
Un ejemplo son
las relaciones con la Iglesia Católica. Considero que la idea de Rubalcaba de
denunciar el impresentable Concordato con el Vaticano es una certera medida para
ilustrar la defensa los valores de la igualdad y la equidad. El caso es que cualquier
postura radical levantará el aplauso de sectores extremistas, con capacidad de
mucho ruido mediático, pero minoritarios en votos. Por el contrario, si el centro político, silencioso pero muy abundante ante las urnas, considera la medida como una agresión exagerada para la Iglesia, retraerá gran parte de su voto.
Será necesaria mucha finezza por parte de
Rubalcaba para encontrar la justa medida que le reporte el máximo provecho electoral de unos y otros. Y no dudo que la tenga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.