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| La nefasta globalización financiera se combate con la globalización de valores |
El reconocimiento previo
de Palestina como Estado de pleno derecho es la iluminación de la una zona
negra histórica que nos ha acompañado durante toda la vida. Desde hace 70 años,
a orillas de nuestro mismo Mediterráneo, hemos convivido con una aberración: un pueblo expulsado de su
territorio y obligado a vivir en el
sufrimiento de los campos de refugiados y bajo el terror de los misiles. Con el reconocimiento palestino, el mundo es hoy algo mejor.
La apertura de un diálogo
con Israel para alcanzar un ámbito de convivencia con respeto y libertad se
convierte ahora en una oportunidad para rematar la faena que no debería ser
desaprovechada.
En tiempos de zozobra
doméstica como la que sufre España se presenta la tentación endogámica por el
desinterés exterior. Grave error porque los valores cívicos, encabezados por el
de la libertad, no tienen fronteras. La lucha contra los desastres de la
globalización financiera solo pueden entablarse desde la globalización de
valores.
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