El retorno a los tiempos
más tenebrosos del pasado que ha operado el PP en España tiene su máximo
reflejo en la actuación de la Policía Nacional durante el 14N, muy impropia de
países democráticos europeos.
Las imágenes son truculentas: agentes arremetiendo
con porras contra una chica adolescente desprotegida que trata de refugiarse; niños con la cabeza abierta de un porrazo rabioso, cargas
brutales de búfalos enloquecidos, incapaces de controlarse, contra jóvenes que ya
están en el suelo cubriéndose la cabeza...
No nos enfrentamos a un
caso aislado de un policía que ha perdido los nervios sino a una estrategia de
dureza y represión organizada por los mandos y ejecutada con fiereza por quien
se sabe protegido desde arriba de sus propios excesos. Siento decirlo pero la
Policía Nacional está cometiendo abusos y violencia gratuita contra los
ciudadanos de forma generalizada. Y esto es gravísimo, digno de regímenes
dictatoriales. Quienes vivimos la dictadura sabemos de lo que hablamos.
Está claro que el PP ya no
tiene límites. Incuba el huevo de la serpiente.
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