Duros titulares para alguien que ha ganado unas elecciones y que no tiene opción alternativa de
Gobierno.
Josep Ramoneda comete la herejía de criticar hoy a la prensa a raiz del embolado de Mas con la independencia y su tiro culatero. Afirma que el resultado de CiU ha sido una sorpresa porque entre políticos y periodistas habían montado un castillo que resultó ser de humo. Los periodistas tuvieron el mismo nivel de acierto que las encuestas.
La gente es más lista de lo que parece y no se dejó arrastrar por el mesianismo de “La voluntad d’un poble” sino que tuvo más presente “Els retalls a un poble”. Ningún periodista intuyó eso: desde el 11S escondieron en el cajón el “dossier recortes de CiU” y participaron en el confetti independentista. En contrapartida, el tratamiento periodístico al Mas postelectoral ha sido de excesivo rigor. Seguramente algunos periodistas le han hecho pagar haber puesto en evidencia de su propio seguidismo acrítico del circo político.
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