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jueves, 5 de julio de 2012

¿Dónde me agarro?



Cualquier jugador de fútbol gana en un día
lo de cualquiera de los de la foto en un año

La imputación de la cúpula de Bankia, con Rodrigo Rato al frente, es un síntoma de la depresión social causada por la pérdida de confianza con sus principales puntos de referencia.

La supuesta solidez de la Banca era un engaño, estaba podrida por dentro. Presidentes todopoderosos como Matas han  sido condenados a cárcel por corrupción.  El fraude de un Gobierno instalado en la mentira permanente y en el incumplimiento de sus promesas por las que fue elegido. La Justicia permite la inmoralidad de Dívar en el gasto público y la condena a Garzón por tratar de destapar el caso Gurtel. El Vaticano, metido en una siniestra trama económica, por no hablar de la delincuencia sexual de muchos de sus miembros...

Hay pocas cosas donde agarrarse. No me extraña la eclosión de fervor con la Selección española de fútbol y su pretendida proyección social sobre el ánimo general. ¡Al fin  algo que funciona! Lo patético del caso es que buscamos aliento moral en unas personas a quienes toleramos que ganen en un día lo que muchos de nosotros en un año. 

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