La pasada semana dieron en La 1 un excelente programa sobre
la vida del cardenal Tarancón (al que los fascistas querían llevar “al paredón”).
Sin su figura, la transición democrática hubiera sido más difícil. Su principio
elemental era la separación de la Iglesia y el Estado. Casi 20 años después de
su muerte, con Rouco a la cabeza de los obispos, se ha dado un gigantesco paso
atrás, que aumentará en esa legislatura.
El Estado español proporciona a la iglesia en torno a los
7.000 millones de euros anuales. Es una cantidad inferior a la del brutal
aumento de los impuestos con el que estrenamos este año (unos 5.340). Está
claro que los recortes es una cuestión de prioridades.
El Gobierno de ZP mantuvo estas aportaciones, quizás
tratando de no provocar enfrentamientos en ese ámbito. Ignoraron que la derecha
y sus soportes sociales reaccionan con la misma virulencia ante los Gobiernos
de izquierdas con independencia de la tibieza o la radicalidad de las medidas
tomadas. Eso es histórico y vale la pena tomar precauciones.
Y si es cierto que
hay muchos católicos que votan a la izquierda, me cuesta creer que sean de la
cuerda de Rouco y compañía.
Podeis ver el programa en:
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