Me posan algunos datos: hace
poco más de un año, después de que el PP consiguiera mayoría absoluta en las
generales y en las autonómicas, por encima del 50 por ciento, resulta que
vivimos en un país en el que el 74 por ciento rechaza las mayorías absolutas.
Eso
recuerda el eslogan del 15 M: no votes a los
mayoritarios. Si la gente sigue el consejo y convierte a los minoritarios en
mayoritarios... ¿qué hacemos después? No se dió el caso: ganó el PP holgadamente.
En ese país siempre ha
habido profetas y patadas colectivas a la lógica y al sentido común. Las redes
sociales otorgan altavoz y permiten el crecimiento de esos fenómenos. Hoy, en
el siglo de la información, la opinión pública es más frágil y manipulable que
nunca.
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