El líder de hoy ya no está sometido al escrutinio diario sino al de cada minuto. Es una las características de la sociedad 2.0 |
El ayer mismo aclamado Rajoy, hoy mendiga en las franjas subterráneas de la aceptación popular. La gracia le ha durado menos a Hollande: ha sido devorado en seis meses. Dilma Roussef, la heroína brasileña del Partido de los Trabajadores, es contestada rotundamente por los trabajadores. Y así…
Nada anormal. El líder de una sociedad en Red está sometido a plebiscito no solo cada día sino cada minuto. Un concepto exagerado de la transparencia le exige continuas explicaciones de sus actos más nimios. No hay ser humano que lo soporte. Estamos orgullosos de nuestra piel limpia y tersa pero si se observa en el microscopio aparecen todo tipo de impurezas. Y si la observamos cada minuto acabamos en la depresión. Hagan la prueba.
La presión colosal del 2.0 destroza a cualquiera. Ser hoy el mejor líder significa dejar de serlo muy pronto.
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