Vistas de página en total

sábado, 26 de enero de 2013

Siete palabras (socialmente muy incorrectas) sobre la corrupción

1. La eclosión de la corrupción en España se produce porque una parte importante de la ciudadanía ha sido y es tolerante con  ella.
2. Acabar con la corrupción es muy fácil: no votar a los políticos corruptos. Pero nunca ha sido así. Se ha instaurado el sorprendente paradigma de que la corrupción no pasa factura electoral a la derecha, solo a la izquierda. Y nos quedamos tan frescos. Ejemplo: en Balears, después de revelarse el mayor nido de corrupción de todos los tiempos, el PP, con un presidente (Matas) condenado a cárcel, directores generales, alcaldes y decenas de altos cargos condenados o imputados, consigue la más rotunda mayoría electoral de la historia. Conclusión empírica: al menos a la mitad del electorado (casi el 50% de votos), la corrupción le importa un pito.
3. Un segmento importante de la sociedad sitúa en sus valores íntimos  la codicia del dinero, el chanchullo y la componenda ilegal.  Podemos escribir tratados sobre causas y orígenes, pero los hechos lo demuestran. Demasiada gente está dispuesta a pagar por favores o prebendas personales.
4. Por cada político corrupto suele haber al menos una docena de corruptores – casi siempre del mundo de los negocios – que pasan socialmente desapercibidos.
5. A la derecha les interesa que se crea que todos los políticos son corruptos porque con el sentimiento de la generalización de la corrupción pueden camuflarse sin que se les señale personalmente con el dedo.
6. Gran parte de la opinión pública, puede que con buena fe, cae en la trampa y pone a todos los políticos en  el mismo saco sin ningún tipo de distinción ni proporción. A efectos de reducción absurda, un pillo que roba dos manzanas en un mercado, un contable poco escrupuloso en la administración  y un asesino en serie son catalogados en el mismo nivel de delincuencia.
7. La corrupción no se erradica con nuevas normativas ni pactos; y mucho menos con hipócritas rasgamientos de vestiduras. Se acaba con una firme reacción del conjunto de la sociedad, una acción contundente y rápida de la Justicia y un duro castigo electoral a los culpables. Hasta ahora eso no ha ocurrido.  ¿Quizás mañana?  ¡Ojalá!
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.