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jueves, 3 de enero de 2013

Si no tiene la droga del ladrillo, a la derecha le entra el mono


Un magnífico arenal virgen de Mallorca ha resistido durante
20 años las agresiones de una derecha que no se resigna
a prescindir de su voracidad urbanística.
 
 Si el siglo XX fue el de la construcción pura y dura, con burbuja incluída, el siglo XXI debía ser el de la rehabilitación, la sostenibilidad i el respeto ambiental. Pero mientras gobierne el PP, no lo será. Es el único animal que tropieza 3.000 veces en la misma piedra. Si no tiene la droga del ladrillo le entra el mono y la angustia de la abstinencia.

En Balears sabemos de lo que hablamos. Hace unas semanas, por sentencia del Tribunal Superior de Justicia, se ordenaba el derribo de casi 70 construcciones en la Playa de Ses Covetes, una de las pocas playas vírgenes que quedan en Mallorca. Veinte años después, los promotores deben dejar el terreno tal como lo encontraron: sin chalets.

Pero el Ayuntamiento de Campos, en contra de la sentencia, mantiene un planeamiento de suelo urbano en la misma zona. Uno se teme que se produzca el “ahora tiro lo viejo y luego construyo lo nuevo”. Los socialistas del municipio han denunciado sospechas de connivencia entre los promotores y el ayuntamiento. No sé si el hecho de que uno de los promotores sea el padre del alcalde (PP) tiene algo que ver... ¡No tienen remedio! Ni vergüenza, por supuesto.


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