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miércoles, 16 de enero de 2013

Fascinados por el despotismo (el no ilustrado)

Aunque lo camuflen, les puede la querencia por el mando y ordeno

De toda la gama de recortes que sufrimos de la derecha hay uno especialmente perverso: el democrático. En primera instancia no es tangible ni afecta a la vida cotidiana, pero se infiltra, como un cáncer, en el interior del organismo social y si no se aplica terapia acaba corroyendo todos los tejidos hasta la muerte.

El ejecutor de este recorte en Balears es su presidente Bauzá. Dos ejemplos:

1. Es propietario de un piso en un edificio con problemas urbanísticos de difícil solución; pero no para él. Si la ley le causa problemas, cambia la ley. Así lo ha hecho y hoy ya no tiene dificultades edificatorias.

2.  Como ya no podía sostener su incompatibilidad de presidente y ejercer en empresas privadas, quiere poner los negocios a nombre de su esposa. Hay un problema porque es docente y la ley no lo autoriza; pero no para él. Ya ha cambiado la ley y ahora ya puede.

La derecha, esa que se llena la boca de seguridad jurídica, tala por lo sano el imperio de la ley, una de las grandes conquistas democráticas. Si la ley no conviene a sus intereses personales, cambia la ley y en paz. Están fascinados por el despotismo de manera que, a la que tocan poder, una fuerza irresistible hace que se conviertan de oligarcas de mando y ordeno. Bauzá es un ejemplo de libro. Demasiado grave como para dejarl en paz.

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