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| Dentro de dos telediarios este nos repite lo de "España va bien" |
Existe una regla
periodística llamada la Ley del Contrario para valorar el interés
de unas declaraciones. Es decir, cuando lo contrario de lo que manifiesta alguien a
los medios no tiene sentido o es excesivamente obvio, no tiene ningún interés,
es una banalidad. Cero. Me explico. Cuando un Primer
ministro dice: “Quiero ser el presidente de todos los ciudadanos, tanto de los
que me han votado como los que no”, es una tontería como una catedral porque
sería impensable decir que no quiere ser el presidente de los que no lo han
votado.
Si aplicamos esta regla a
las declaraciones de Rajoy, tanto la de ayer en TVE-PP como en otras
anteriores, el presidente del Gobierno es el rey de las naderías
insubstanciales: “Haré lo mejor para el bien de España” (¿o hay la posibilidad
de que quiera hacer lo peor?). “Los
pensionistas serán tratados de la mejor manera posible”, añade. Muchas gracias,
pensábamos que querían tratarlos de la peor. Un rosario de frases hechas, sin
contenido alguno.
Aunque prefiero que diga
fruslerías porque cuando dice algo importante, es peor: “La reforma laboral ha
funcionado muy bien. Estoy muy contento”.
Y se queda tan pancho. Una de dos: o es tonto o lo somos nosotros.
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