Es sorprendente la imaginación y creatividad del Gobierno Rajoy a la hora
de encontrar buenas soluciones para el sector financiero, claros causantes de la
crisis económica. Contrasta con el fatalismo sin alternativas para resolver los
problemas de las personas. Lo del banco
malo es un malabarismo teológico digno de religiones que defienden la transfiguración demoníaca.
Propongo al PP aplicar los mismos términos para solventar los problemas de la gente: crear un ciudadano malo
con los mismos objetivos que el banco malo, sanear al resto.
Si es tan fácil hacerlo con las entidades de crédito... mucho más debería serlo
con las personas. Si no puedes amortizar la hipoteca, se la adjudicas al ciudadano
malo y se acabó el problema. Si pierdes tu puesto de trabajo, transfiere la carta de
despido al ciudadano malo y sigue trabajando. Si ni puedes pagar la subida del
IBI, la trasladas al ciudadano malo y te das un respiro...
Es insultante el trato algodonoso que el Gobierno otorga a la banca y el de
palo y tentetieso con la ciudadanía. Y el pobre Rajoy, acosado por la realidad...
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