Carrillo y Dolores Ibárruri, dos protagonistas de la historia española del siglo XX a quienes solo se les otorgó papel secundario. Habría que enmendar el error |
Santiago Carrillo no se
va solo. Con él desaparece una generación de comunistas que vivieron la guerra
civil española. Con sus errores, que no fueron pocos, pero también con sus
valores y su convicción para defenderlos, conformaron durante años un modelo de
justicia, igualdad de oportunidades y, sobre todo, de política apegada a la
realidad. Sus concesiones en la Transición democrática española constituyeron un sorprendente ejemplo de comportamiento que facilitó, y mucho, el proceso.
La acción de los
comunistas se basó en la lucha de clases, la lucha común contra el opresor de
quienes están sometidos. Es evidente que su gran sueño fracasó: hoy cada
individuo solo lucha por sí mismo. Quizás sea esta una de las causas de la
crisis económica y, sobre todo, social.
Desde la lejanía
ideológica y estratégica, pero con la simpatía que merecen los luchadores que
pretenden mejorar la condición humana, quiero rendirles reconocimiento.
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