El cierre de puertas de la Sanidad Pública a los inmigrantes que no han podido encontrar un trabajo (en un país de casi 6 millones de parados) no sólo es inmoral sino peligroso para la salud colectiva. En Palma ya se ha detectado paludismo y tuberculosis en las aulas, enfermedades que aparecen por falta de control y vacunas. Aunque solo sea por seguridad sanitaria propia, no hay que dejar que esta medida se establezca definitivamente.
El PP esgrime que los recortes en Sanidad se producen porque no nos podemos permitir el sistema. Una excusa de risa. Nuestro gasto público sanitario es del 6,5% del PIB, que está por debajo de la media de los países de la OCDE y mucho más de la Europa de los 15. Es decir, para estar en la media habría que invertir 13.500 millones de euros más.
Permitirme que cite a Felipe González : “En los años ochenta, cuando fue levantado el Sistema Nacional de Salud, se hizo con una renta per cápita media de 4000 dólares por habitante. "¿Cómo es posible que hoy, con una renta de 31.000 dólares por habitante, no sea posible mantener el sistema sanitario?".
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