La condena de Matas es una buena noticia que consolida la creencia en la
democracia pero es una noticia sin agotar. Estamos ante un caso de ejemplaridad
pero no de justicia total.
Durante todo el tiempo que el PP ha gobernado las instituciones baleares se
ha producido un saqueo del dinero público organizado y sistematizado. Hay más de cien
imputados en los Juzgados. Es probable que sean todos los que están, pero
seguro que no están todos los que son.
Muchos personajes, algunos ocupando hoy altos cargos, no han pisado los
juzgados pero en la información susurrada de los círculos de su entorno se
apunta a todo tipo de delitos (comisiones por obras, esencialmente) que
probablemente nunca saldrán a la luz por falta de pruebas tangibles. Y es que
hay auténticos profesionales en no dejar huellas. Pero no por ello menos
culpables.
La condena a Matas no es más que la punta de un iceberg que permanecerá
sumergido para siempre. Y es basura que no se pudre.
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