Militarizar a los profesores o civilizar a Bauzá

Sintomático parecido entre la mirada del incivilizado Bauzá ...

... y la de los militares de opereta 

Los grandes regímenes políticos suelen caer por el efecto alud: una ligera piedra se desliza en la cumbre y una  gigantesca ola de nieve acaba barriendo pueblos enteros. Thatcher puso sin despeinarse (en realidad nunca la vimos despeinada) la Poll Tax, que gravaba las rentas más bajas. La impuso con seguridad, chulería y contra los sindicatos. Meses después se despeñaba políticamente desde su propio partido.

Thatcher quería gobernar el Reino Unido como lo hacía su padre con la tienda familiar. Bauzá quiere gobernar Balears como lo hacía su padre en el cuartel. De hecho, si pudiera, militarizaría a los profesores en huelga. Ha empezado por militarizar su gobierno: creo que ya son siete los altos cargos civiles ocupados por militares. Sin ir más lejos, el gerente de la Orquesta Sinfónica pasó 12 años en la Banda Militar.

La huelga de profesores y el clima social despertado hundirán a Bauzá. Será la caída de una República bananera. Bauzá está fascinado por los altos cargos castrenses, pero su imagen se queda en militar de opereta, aquellos actores de 1900, disfrazados de húsar,  que engolaban la voz para tratar de imponer respeto. La militarización de los profesores propugnada por ese soldadito de plomo chocará con la civilización de los docentes. Bauzá va directo a la fosa donde yace, olvidado, el thacherismo. La huelga se parará algún día, pero sus efectos son ya imparables.