Estas consignas no son de hoy. Tienen 45 años. Jorge Luis Borges hablaría del eterno retorno |
Se cumplen 45 años del explotado mayo del 68 francés, lo que me da pie a contar batallitas de abuelo Cebolleta. 45 años no son una cifra redonda para la celebración, pero aquellos tiempos y los de hoy se asemejan en planteamiento, nudo y previsible desenlace.
Planteamiento: Francia se ha quedado anticuada y carcomida; las instituciones son inútiles cementerios de elefantes, partidos de izquierda y sindicatos ya no representan a la clase obrera, los ideales republicanos han sucumbido ante el gran capital, ya no basta con una reforma: es preciso una revolución que substituya el antiguo y rancio poder por el de la imaginación y la liberación del ser humano.
Nudo: La gran energía política y social acumulada en las barricadas desemboca en la formación de decenas de partidos políticos; algunos de ellos, como Lucha Obrera, todavía duran. Diseñan espectaculares programas de regeneración política y social; un nuevo modo de ver la vida y de ejercer la democracia. La creatividad social y artística es una olla de agua hirviendo.
Desenlace: Gran decepción electoral. La derecha gaullista, barre en las urnas. ¿Qué se ha hecho de la aceptación popular de aquel movimiento? No llega al 10%. Hubo gente que no se manifestaba pero que fue a votar. Han de pasar 13 años hasta que una sólida coalición de socialistas y comunistas, liderada por un viejo conocido, Mitterrand, se haga con el poder y proceda a las transformaciones sociales.
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