Vistas de página en total

miércoles, 29 de mayo de 2013

Efímeros decorados simpáticos pero inútiles





Las elecciones locales italianas han dejado a los grillistas del M5S en menos de la mitad de los votos que obtuvieron hace unos meses. Es fácil adivinar el porqué. El aislacionismo político, junto con la eclosión de divergencias en sus propias filas, han dinamitado lo que se presentó como única alternativa salvadora y regeneradora.

El mesianismo y la vanidad nunca son buenos compañeros de viaje. La historia ofrece referencias. La participación política de los Verdes en los últimos años del siglo XX se tradujo en dos posturas antagónicas: la de los alemanes, que se aliaron con la socialdemocracia, y la de los franceses, que nunca aceptaron pactos con otras fuerzas. Los primeros gobernaron dos legislaturas y aún están en el candelero; de los franceses nunca más hubo noticias.

La política necesita savia nueva y la izquierda, en su amplio conjunto, debe reinventarse si quiere gobernar. Los movimientos sociales generados en el siglo XXI aportan valiosos argumentos a ese proceso pero, si se autoproclaman como los únicos y exclusivos valedores de la pureza ideológica y estratégica, y desprecian con soberbia el inmenso caudal de la experiencia socialdemócrata, se convierten en un efímero decorado vistoso y simpático pero inútil. A tomar nota. El votante no es del todo tonto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.