¿Quién ha perdido su monedero?

Cuidado con las bicis. Al menor descuido, Monedero se posa en la tuya
y se saca una foto espontánea y natural (foto Raul Doblado, ABC)

El 24-M toma los tintes voraginosos del Dragonkhan. A las turbulencias del nuevo mapa político que se gesta hay que añadir el torbellino de huracanes en el interior de las llamadas fuerzas emergentes, algunas de las cuales ya han perdido su monedero.

Mi escepticismo sobre el 15-M radicaba en que los cambios políticos en Europa (en Venezuela y en Corea del Norte es otra cosa) se hacen desde las instituciones y el BOE, no desde la Plaza del Sol. Podemos nos trajo la buena noticia de que estaban dispuestos a ir a elecciones como dios manda pero a las primeras de cambio, un tercio de la santísima trinidad podemista abandona y se tira al monte, en plan bandolero, porque todo lo demás – dice Monedero – son chichinabos burgueses que hacen el juego a las sospechosas élites dirigentes.

No es un problema pequeño porque en Podemos quieren estar siempre calientes, pero si se tapan la cara enseñan los pies y viceversa porque la manta no da para más. Deben optar por la versión coletas de la tan vituperada socialdemocracia o por el asamblearismo de aplauso silencioso girando las manos al aire en plena calle. Cuando algo similar le ocurrió a Felipe González, echó por la borda lo de la dictadura del proletariado, se quitó lastre y no paró hasta La Moncloa para, desde allí, cambiar España. Deberían tomar nota, pero como lo del Régimen del 78 hay que borrarlo de la historia de España, es posible que no lo hagan. Y así les irá.