De ser cierto,
mal empezamos. La noticia de hoy sobre un frente común de Més y Podemos contra
PSOE para formar Govern es un triunfo en toda regla de los aspectos más
truculentos de la vieja política: sectarismo, deslealtad y ocultación. El concepto CONTRA no augura nada bueno.
La mayoría del
electorado balear decidió el domingo unos nuevos gobiernos formados por tres
gamas distintas de la izquierda: la socialdemocracia, el nacionalismo
soberanista y Podemos (al cual no me atrevo a definir ya que sus propios líderes
renuncian a la dicotomía histórica derecha-izquierda). El voto ha expresado,
además, una proporción para cada una de estas tres diferentes gamas: 15, 10
y 9 respectivamente. La convivencia en la diversidad es un nuevo valor.
En mi
ingenuidad, había asociado los conceptos de lealtad, colaboración, generosidad,
transparencia y complicidad en la forja de los nuevos pactos pactos, pero alguien no parece
estar por la labor (siempre si la noticia es cierta). Sería obtuso silenciar
que en los anteriores pactos de centro-izquierda en Balears hubo sus tirones en
la carrera por el protagonismo y la utilización partidista; pero quedó
constatado de forma diáfana que, en este tipo de alianzas, o se salvan todos,
o se hunden todos. Nadie sale ileso – y mucho menos ganador – de una
contingencia negativa.
La derechona
mediática, encabezada por IB3, mata el tiempo que le queda incendiando un pacto
del que todavía no ha habido ni contactos. No creo que sea bueno ayudarles. Un fracaso, incluso un mal arreglo,
echaría por tierra muchas ilusiones ciudadanas. Por tanto, insisto... ¡VIUS!
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