Que la derecha y los mercados se queden con su euforia
Me permitiré no participar de la euforia mundial sobre el resultado de las
elecciones griegas. Es más, quiero expresar mi pésame por la muerte de la democracia,
precisamente allá donde nació. Ha resultado tan patética la presión de las
grandes potencias y de todo el mundo financiero sobre este pequeño país (el 2%
del PIB Europeo) como la celebración de la victoria electoral de un señor de
derechas de toda la vida que encabeza un partido llamado “Nueva Democracia” (lo
siento pero me quedo con la de siempre).
Para dar la dimensión del disparate
hay que recordar que este partido votó en contra de las medidas de
estabilización del déficit, lo que conllevó la caída del Gobierno socialista.
Unas medidas que ahora deberán aplicar corregidas y aumentadas (¡!!).
Las vergüenza de elecciones griegas es que las han ganado Merkel y los mercados con una campaña electoral fabulosa. La Europa que
permitió, sin ningún tipo de alarmas,
que Hitler ascendiera al poder en Alemania, ahora utiliza sus baterías pesadas contra
un pequeño partido de izquierdas griego que no quería salir del euro sino simplemente
que las medidas contra el déficit no incendiaran, aún más, una parte de la
sociedad griega que ya vive en el infierno.
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