Alemania tendría que analizar su pasado económico reciente para adoptar las decisiones de presente
Un amigo alemán me suelta “Merkel quiere la guerra. Ya será la tercera de Alemania en el último siglo”. Esta guerra no será con obuses sino apretando el gatillo de las finanzas. La canciller, exhibiendo intransigencia, se planta: no quiere eurobonos, ni intervenciones del Banco Central Europeo, ni renegociación con los países deudores ni políticas keynesianas.
Sobre los primeros clientes de Mallorca vuelve a caer el estigma de ser los
incendiarios de Europa. Lejos están los tiempos de los “Helmuts”, Kohl y
Schmidt, por citar democristianos y socialdemócratas, que apostaron fuerte por
la solidaridad y el crecimiento de Europa.
En una interesante entrevista en Spiegel (abajo dejo el link) el historiador Albrecht Ritschl
recuerda que “Alemania ha sido el país de mayores bancarrotas de Estado en el
siglo pasado y el peor deudor”. Paradojas...
Los informativos de hoy dan miedo. ¿Alguien puede explicarme porqué el
mundo depende de las elecciones en un país de 10 millones de habitantes
(Catalunya y Balears) y cuya economía supone apenas un 2 por ciento del
Producto Interior Bruto Europeo?
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