Los “recortes motosierra” del PP, sin previsión y por narices, que para eso
tenemos – dicen – la mayoría absoluta, son una bomba de relojería que acabará
estallando. Es el caso de la exclusión los inmigrantes sinpapeles en la sanidad
pública. De entrada, la incongruencia: solo provocan un 0,6 por ciento del
gasto sanitario. Por ese precio nos podemos encontrar con una persona muerta
ante la puerta cerrada de un hospital porque precisaba hemodiálisis.
Un caso práctico: en la cocina de un restaurante de Mallorca trabaja un
sinpapeles. Créanme, ocurre. Si un español de esta misma cocina se le detecta
tuberculosis se le aisla, se aisla a su familia y se controla a todos sus
compañeros de trabajo según un protocolo establecido. Si la enfermedad la
contrae el sinpapeles, nadie la detecta y la transmite a su familia y a sus compañeros
de trabajo, que expandirán una enfermedad infecciosa que estaba prácticamente
erradicada.
Criterio de un médico: “Se podría presentar una demanda judicial al PP por
temeridad contra la salud pública. Actúan como adolescentes creídos, ignorantes
y chulescos que juegan con armas de fuego”.
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