A esas alturas ya sabemos cómo funciona el uso de la mentira del PP para
manipular la opinión pública: hacen lo contrario de lo que dijeron que harían y, cuando se les reprocha, dicen que no están haciendo lo que hacen.
La primera parte de la estrategia se simple y, aunque falsa, tiene lógica
interna: “No podemos hacer lo que queríamos hacer por culpa de los manirrotos
del PSOE”. Ese lamento durará toda la legislatura y las que puedan venir. Jamás serán responsables de nada.
La segunda ya es más descacharrante porque consiste en dar la vuelta a la realidad:
- abaratan el despido para “proteger a los trabajadores”,
- privatizan la seguridad social para “garantizar su carácter público”,
- decretan una amnistía fiscal a los defraudadores para “configurar un sistema más justo”,
- bajan la ratio de alumnos por aula para “aumentar la calidad de la enseñanza”,
- cambian la ley para meter a un director general del PP en TVE con el fin de “consolidar la pluralidad”.
La última es que el rescate es una bendición del cielo y que, gracias a la
sublime inteligencia de Rajoy hemos sido unos privilegiados: el resto de los
países, castigados sin rescate.
¿Hasta cuándo podrá mantenerse este castillo de naipes d en medio del vendaval?
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