Con esa frase cerró Aina Calvo la interesante reunión pública organizada por la
Agrupación Socialista de Palma, de la mano de Diego González, sobre el abandono
del proyecto de la Playa de Palma por parte del PP. Si ese partido no respeta
la palabra dada, incumple los pactos, las leyes del Parlament y, como dijo
Francesc Antich, “desprecia una Ley
Orgánica como es el Estatut d’Autonomia balear”, uno se pregunta para qué sirve
la democracia. Confunden la mayoría
absoluta con el absolutismo (muy poco ilustrado, por cierto).
El PP ha echado por la borda la iniciativa que debía constituir el pulmón económico
de Palma y ha descuartizado la mayor oportunidad de empleo para los próximos
años. El proyecto se ha parado, pero el PP sigue operando. Eso sí, en la
oscuridad y con los elementos más turbios. No habrá rehabilitación integral de
la zona bajo el imperio de los intereses generales y con miras al futuro. Pero
preparan un Casino, un centro comercial y otras iniciativas que llenarán unos
pocos bolsillos privados a muy corto
plazo.
El caso es tan grave como los recortes en educación y sanidad o la amnistía para el dinero negro de
los poderosos. La ciudadanía, levantisca hace tan solo unos meses, no puede responder a la afrenta del PP con el silencio de la resignación. El PSOE tiene la obligación de dar la voz de alarma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.