Hoy han cesado a la interventora del Govern de les Illes Balears. Esta señora se permitió decir a los medios que la deuda que dejó el anterior Gobierno era mucho mayor que la declarada y que, en realidad, Bauzá y la entonces viceministra Salgado pactaron dejarla más baja para no asustar a los mercados.
Puede resultar difícil comprender que el cargo más alto de las finanzas del Govern enhebre tantas sandeces seguidas. Pero en realidad no lo es tanto. La consigna que el propio Bauzá le dio es la repetición, día sí y día también, de que todos los males vienen de “la herencia recibida” y que los socialistas eran unos manirrotos. Y ella, obviamente, obedece órdenes sin rechistar.
Pero, como se sabe, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Las mentiras del PP no les saldrán gratis. De momento lo pagan con un espectáculo grotesco: el Gobierno de Bauzá tiene que echar, porque no se fía, a su propio cajero. Muy en la línea del PP tradicional.
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