Felipe se llevó bien con Suárez... cuando dejó de ser presidente. Solo la nicotina parecía unirles. |
1. En poco más de 24 horas el papanatismo ha enmarcado a Suárez con una corona de rosas místicas
como si fuera la Virgen de Fátima y, lo que es más ridículo, describe la
Transición de la dictadura a la democracia como si fuera un guión de Walt
Disney con el lobo y Caperucita dándose besos. En el post anterior reconocí el
papel esencial de su gestión y el acierto de su nombramiento; pero dicho esto,
me niego a ponerme una venda en los ojos o dar al pasado un barniz brillante
que no merece.
2. Suárez
fue vilipendiado por los suyos – la jaula de grillos de UCD - , puesto a caldo
por la prensa y duramente acosado por la oposición. Felipe González acuñó lo de
“Gobierne, señor Suárez, aunque sea mal”, en referencia a la parálisis de su
gestión. Suárez dimitió porque era contestado hasta por ministros de su
gobierno y no fue capaz de enfrentarse al estamento militar más inmovilista que
amenazaba continuamente con golpes de Estado; lo dejó sentado en su discurso:
“No quiero que por mi causa se cierre el breve paréntesis democrático abierto
en la historia de España”. Tuvo que lidiar manifestaciones, a huelgas políticas
y a todo tipo de contestación callejera…
3. Después
del fracaso de UCD, fundó el CDS y en las primeras elecciones cosechó un sonoro
rechazo popular: no llegó al 3% de votos, menos que los firmantes en los miles
de libros de condolencia en toda España. Todo conduce a pensar que en este país
solo te perdonan si cumples dos condiciones: que hayan transcurrido 40 años...
y que hayas muerto.
Absolutament d'acord, Jordi! Entre papanates i hipocrites hi ha una baralla poc elegant...
ResponderEliminar