Al final resultará que
Chipre habrá dado un baño de dignidad a toda Europa mandando al Eurogrupo a
freír espárragos con sus improvisaciones y manejos. Todos los diputados, apoyados en la ciudadanía, se han negado
a sufrir la humillación que significa
prepararse ellos mismos la cuerda de la horca.
La pregunta es: ¿Qué
hubiera pasado si lo mismo hacen Grecia, Portugal, España, Italia y Francia
ante la presión de Merkel y sus mercados?
Goethe, como buen teutón, acuñó lo de preferir la injusticia al
desorden. Lo grave es que ahora ya no es una elección porque tanto lo uno como lo otro están en el mismo
lado: el suyo.
Alguien me decía que el
primer signo de recuperación económica y social se producirá a partir de la
rotura de unas cuantas lunas de escaparates de los almacenes más céntricos de
las ciudades. No sería la primera vez: la mecha de la Revolución Rusa prendió
con una protesta por la mala calidad del rancho de los marineros del acorazado Potemkin. Tanto hoy como ayer, no se consigue nada sin lucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.