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miércoles, 13 de marzo de 2013

El presidente que quería ser objeto decorativo



Quizás todo sea un transtorno histriónico de
personalidad, tan típico de los actores del cine mudo

No comprendo el revuelo que se ha armado porque Juanra Bauzá haya reconocido que no es más que un objeto decorativo del Gobierno balear. Nunca ha aspirado a ser nada más. Para quien siga el caso de lejos, debo señalar que Bauzá, según el Boletín Oficial, es el presidente del Govern de Illes Balears.

Económicamente se siente farmacéutico, que es de donde saca los casi 200.000 euros anuales; todo lo demás son cuentos. Políticamente le gustaría ser el amiguete de Rajoy en Baleares, que un día le proporcionará un carguito en el Madrid de sus amores. Balears, ese lugar donde se habla raro, insultan por la calle y arman un lío cada vez que se construye una urbanización, le importa un pimiento. Y todo, por unos miserables 70.000 euros.

Esta frustración debe estar en el origen de sus incomprensibles soliloquios en el Parlament, que recuerdan a los actores malos de principios del siglo XX cuando recitaban, con la voz engolada y el engreimiento subido, un texto del que no tenían ni idea. Su peor enemigo sería la retransmisión íntegra de sus intervenciones en prime-time televisivo. Cualquier psicoanalista le diagnosticaría, en un plisplás, un transtorno histriónico de la personalidad.

1 comentario:

  1. Molt bo Jordi pero MOLT i MOLT.
    Quina pena en fa veure aquest panorama polític actual i quina IMPOTENCIA mes gran......

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