El Gobierno del PP en
Balears ha eliminado el tiempo máximo de espera para operaciones quirúrgicas en
la Sanidad Pública. Equipara una intervención en el quirófano a un aperitivo en
el bar, que tanto puede disfrutarse este año como en el próximo. Sin problemas.
Con ello Bauzá y su
gobierno se ha podido quitar el yugo de la herencia del Gobierno socialista
anterior, que daba garantías de espera máxima: si se superaba un plazo determinado, el ciudadano podía acudir gratuitamente a un centro privado. Eso
suponía, claro, un esfuerzo de la sanidad pública para mejorar sus servicios.
¿Y este homicidio social
a quién beneficia? En ese caso no hay intriga en la respuesta: el gran ganador
es la sanidad privada, esa que cuanto peor sea la sanidad pública, mejores son
sus ingresos económicos. Esa sanidad cuyo principal objetivo no es la salud de los ciudadanos sino su cuenta de beneficios.
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