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jueves, 4 de octubre de 2012

¿Por qué no les mandamos la Guardia Civil?

La torre inacabada de un capitalismo salvaje
 al que, efectivamente, le ha llegado la hora de
acostarse y dejarnos un rato en paz

El acoso y derribo del capitalismo europeo hacia la España derrochadora ha creado sus propios iconos monstruosos, dignos de películas de terror. Empezaron los mercados, unos entes pavorosos sin vida ni rostro conocido, un magma que pretende devorarnos sin que sepamos porqué. Luego la vino la Prima de Riesgo, un amenazador engendro viviente que crece por momentos hasta tomar proporciones descomunales. Más tarde aparecieron los Hombres de Negro, que en este caso no eran Will Smith y Tommy Lee Jones sino una legión de estrictos robots burócratas cuyo objetivo no era otro que darnos la vuelta a las entrañas como un calcetín y descubrir nuestras vergüenzas. Finalmente comprobamos con pavor que nuestro destino está en manos de la Troika, un avieso ser tricéfalo que, como los dragones medievales, hecha fuego por la boca.

Europa nos ha mandado todo este bestiario para castigar por irresponsable, manirroto y calavera al país de la “fiesta y la siesta”, según han acuñado los severos y austeros calvinistas alemanes.

Pues bien, EL PAIS sacaba hace unos días el cuento de la torre del euro: un edificio de 185 metros de altura, de hormigón y cristal, en Fráncfort, que albergará a los contables del Banco Central Europeo. Lo curioso es que a los austeros, intransigentes y escrupulosos alemanes, el edificio se les ha ido de las manos y, de momento, los 850 millones de € presupuestados ya han pasado a los 1.200 millones. ¡Un desfase del 42%! Recuerdo que se trata de esos tipos que deben decidir el precio del dinero de 327 millones de ciudadanos europeos. Y que yo sepa, no les hemos mandado la Guardia Civil ni  la Fiscalía anticorrupción...

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