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jueves, 25 de octubre de 2012

El pecado del conseller

Bauzá se carga de un plumazo 500 años de existencia
 del Hospital General, que ha prestado un magnífico
servicio sociosanitario durante la última época

Que nadie se rompa la cabeza buscando las razones de la dimisión de Mesquida como Conseller  de Sanidad del PP en Balears. Un servidor ha oído en los labios de un insigne dirigente pepero: “Mientras esta tipejo sea conseller  todos los cargos y puestos de trabajo de Sanidad estarán vetados a los militantes del PP”. Las declaraciones de este tono abundan en noticias de prensa ilustradas con la foto del alcalde de Inca. Efectivamente, eso – no repartir entre los militantes, valgan o no valgan – en el PP no se perdona. Es un anatema pecaminoso.

Ahora Bauzá, tendrá que dejar cinco minutos la caja registradora de la farmacia y buscar un conseller de Sanidad que diga sí a todo. Le sobrarán cuatro minutos. Esta especie abunda.

El caso sería cómico si no viniera emparejado con los cierres de los hospitales Juan March y General. Bauzá ya ha dado el cerrojazo en los presupuestos de 2013. Lo siento por los trabajadores y por los usuarios. Especialmente porque esto último lo hubiéramos sido todos. Una calamidad.

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