Y, Colón, por supuesto, también era catalán |
En mi ingenuidad creía que colectivos tan esperpénticos como
s’Academi de la Llengo Baléà, eran un subproducto de un país al que históricamente
le ha costado mantener su nivel de autoestima; pero he constatado que
no es así. En Catalunya, uno de los espejos donde siempre se han mirado las Illes
Balears, también van servidos: allí crece y se desarrolla el Institut Nova
Història (INH) cuyo objetivo es demostrar que ilustres personajes y líderes
históricos, desde Miguel de Cervantes hasta Hernán Cortes, eran catalanes y que
solo el complot contra Catalunya desde
Felipe II, ha ocultado la verdad.
En todas partes existen asociaciones frikis pero impacta que
la INH se encuentre como pez en el agua en un país culto como Catalunya: aparecen en los medios públicos de comunicación, reciben subvenciones de la
Generalitat y algunos de sus destacados miembros ocupan cargos importantes en
la Assemblea Nacional Catalana.
Miguel de Cervantes era en realitat Miquel Sirvent, Américo
Vespucio era Amèrico Despuig. Por supuesto, Leonardo Da Vinci también era
catalán, como lo demuestran en su escudo de armas las tres barras de la casa
real de Nàpoles (la casa reial catalana). Santa Teresa era la abadesa de un
convento de Pedralbes. Big Brother de Orwell, el transformador de
la historia, se pone las botas en el Principat.
Definitivamente, Catalunya ha vivido tiempos mejores que los
actuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.