Foto de David Lindsey Wade |
2. Sufro una
pesadilla renuente: sueño que el 15-M de 2011 y su secuencia de indignación de
ciudadanos de buena fe es una trama siniestra organizada por brujos estrategas
desde los oscuros sótanos de la calle Génova entre probetas burbujeantes. La
fórmula magistral para que todos pierdan menos el PP es conseguir la mayor desafección
política entre la ciudadanía y la dispersión de la contestación. Ya no hay una
protesta conjunta y potente sino mil batallitas de personas y colectivos, cada
cual haciendo la guerra por su cuenta. Con este escenario, al PP le basta con
su menguado ejército de votantes fidelísimos.
3. La consecuencia
real de la censura al bipartidismo por parte de colectivos avanzados en la
geografía de la izquierda es evidente: el unipartidismo. Ninguno de ellos gana;
algunos se conforman con arañar un pequeño porcentaje de votos entre el
electorado socialista y cantar victoria; otros enarbolan las banderas del éxito
si logran un solo representante que, más allá de la vanidad de su propio
discurso, ni siquiera hace cosquillas al PP. Es evidente que mil conejos no
pueden con un elefante, por muy enclenque que sea. Así hace perder el PP las
elecciones a todos los demás. Tema de reflexión.
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