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martes, 16 de julio de 2013

El mar, el atardecer, el coche... y el beso

California, 1955. Foto de Elliot Erwit, para Magnum
El mar abierto, el atardecer detrás de las montañas, una pareja  fascinada por la belleza del momento y un coche convertido en un microuniverso amoroso. Con estos elementos, el beso se da por añadidura.

La verdadera atracción no pierde una pizca de intensidad ni en las vivencias más sombrías y angustiosas; pero frente a la sublime belleza natural de un luminoso ocaso marino adquiere una envergadura cósmica.


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