Escudado bajo el manto del calor
veraniego, que todo lo disculpa, el pasado 4 de julio colgué una entrada en el
blog con un comentario patético-romántico pata negra. Era un pie a la famosa
foto del beso en Times Square, de Eisenstaed, entre un marinero entusiasmado y
una entregada enfermera que celebran con pasión el final de la guerra de los
EEUU con Japón el 14 de agosto de 1945.
Hace mucho tiempo, mis maestros
en periodismo me enseñaron que nada es lo que parece, pero por lo visto los
años no perdonan y abonan fatalmente la credulidad. Ayer, entro en la web de Le
Monde y descubro un reportaje sobre la foto en cuestión que me ahoga en las arenas movedizas de la vergüenza.
A mi favor solo puedo insistir en que los 38 grados de finales de julio provocan
el goteo de mis ya castigadas meninges.
Paso algunos puntos de la
información de Le Monde, que a su vez cita el trabajo de Lawrence Verria y
George Galdorisi titulado The Kissing Sailor y editado en inglés por el Naval Institute.
De entrada la foto del beso es
espontánea (no como la del no menos famoso “Baiser de l’Hotel de Ville” del
maestro Robert Doisneau, en la que hubo puesta en escena). Los dos personajes
que se besan han sido identificados: Greta Zimmer y George Mendonsa. Pero
descubro que nada, o casi nada, es lo que parece. Greta no es una heroica enfermera de guerra sino una
anodina asistente de un dentista, que en 1945 usaban también uniformes blancos.
Cuando en la sala de espera oye a sus pacientes hablar del fin de la guerra,
decide comprobarlo por ella misma en Times Square, donde sobre la fachada del
edificio del semanario Life se proyectan las últimas noticias. Efectivamente,
un letrero luminoso anuncia “V-J DAY” (día de la victoria sobre Japón).
El marinero Mendonsa estaba en el
cine con su novia y la sesión se interrumpe para dar cuenta de la noticia. Tan
contento se pone que lo celebra de bar en bar, zumbándose un whiski tras otro;
la novia, con sus altos talones, apenas lo puede seguir. El testimonio del
fotógrafo es el siguiente: “En Times Square percibo que un marinero viene con
rumbo puesto en mi dirección. Va besando a todas las chicas que encuentra, sean
jóvenes o viejas. Veo que a mi lado hay una enfermera y la enfoco. No me equivoco,
llega el marino, la atrapa y se inclina con ella para besarla.”
Greta no conocía al marinero
borracho. Su gesto no es de abandono sino de parálisis por pánico. De hecho, en
una de las cuatro fotos de la escena, ella aprieta el puño con con tensión. En una entrevista, la falsa
enfermera dijo: “El marino era muy fuerte y me tenía muy apretada. No supe qué
pensar de aquel beso, pero le aseguro no era romántico en absoluto”.
Cuando aparece el libro The Kissing
Sailor, varios autores y colectivos feministas ven en la foto una agresión
sexual: un marinero bruto y borracho acosa a una chica que no quería ser
besada. Se arma en internet una violenta polémica. Del romántico beso de los
héroes victoriosos se pasa al escándalo por abuso sexual.
El tiempo no ha conseguido que
los protagonistas del famoso beso mejoraran las relaciones. Por lo visto se
limitan a mandarse una felicitación navideña. En 1980 la revista Life quiso
repetir la foto 35 años después. Ella se negó en redondo. Ni siquiera preguntó
si el marinero habría bebido antes.
La nómina de las fotos falseadas
es inmensa. Desde el cormorán cubierto de petróleo crudo en la guerra del Golfo,
hasta la joven rubia con una bandera anarquista en la plaza de la Bastilla de
París, en una manifestación de mayo de 1968. Imagino que, redes mediante, el
número de falsedades se habrá multiplicado exponencialmente.
Mis maestros, los del “nada es lo
que parece”, se han visto desbordados y vencidos sin piedad por los listos del “no
dejes que la verdad te fastidie un buen reportaje”. En el siglo XXI ya nadie
resiste la sencilla y atractiva magia de la mentira.
Lo siento, nunca debí alinearme
con los vencedores en mi entrada del 4 de julio en este blog. Con eso del
verano, bajas un segundo la guardia y... ¡zas!... te la dan directo al hígado.
Ellos están en todas partes y no hacen vacaciones...
http://www.lemonde.fr/culture/article/2013/07/23/un-baiser-peut-en-cacher-un-autre_3452417_3246.html
http://www.lemonde.fr/culture/article/2013/07/23/un-baiser-peut-en-cacher-un-autre_3452417_3246.html