La reivindicación de la
República se gesta en un proceso similar al de la independencia de
Catalunya. La ciudadanía sufre en sus carnes los rigores de una política económica
injusta y absurda propiciada por el capital neoconservador; se siente olvidada
y desoída por los grandes poderes institucionales y, lo que es peor; nadie le
ofrece el menor atisbo de confianza en el futuro donde agarrarse. Que nadie se
extrañe, pues, que esa misma ciudadanía forje sus propios mitos de lucha de liberación,
que pasan por la independencia en el caso de Cataluña o por la reivindicación de libertad y regeneración
democrática que, con todos sus defectos, trajo la Segunda República, en toda España.
Si además los inquilinos
de La Zarzuela, cada uno en su estilo, componen un fresco de antiguallas
institucionales y privilegios irracionales con pinceladas de actuaciones
indignas y algunas de ellas descritas en el Código Penal... ya se tiene otro tótem
que derribar para expiar tanta
frustración y sufrimiento.
Me huelo que ese sentimiento irá a más y que muy pronto
habrán noticias de gran trascendencia para la monarquía española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.