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| La agresión del capitalismo a la democracia es irrespetuosa y voraz |
La democracia acaba de marcar el gol del
honor al capitalismo salvaje, después de recibir una goleada desde que empezó
el partido. No parece que sea un principio de remontada, pero al menos queda a
salvo el amor propio. Ha sido en Portugal, donde el Tribunal encargado de
custodiar los principios democráticos de la Constitución votada por todos los
ciudadanos se ha cargado toda un serie de medidas (esencialmente la supresión
de la paga extra a funcionarios) dictada por algo conocido como “La Troika” europea,
que jamás se ha presentado a elecciones ni ha sido elegida por nadie pero a la
que hay que obedecer sin pestañear.
La derecha española, al
unísono de la Europea, se rasga las vestiduras “por tanta irresponsabilidad”
del tribunal luso. La Troika ha amenazado con más crisis y sufrimiento en
Portugal si no se cumplen sus dictados.
Cada día el capitalismo
da un pasito adelante: el último es decirnos que nuestras Constituciones
democráticas, que aseguran los derechos de los ciudadanos, es cosa del pasado y
que nos las podemos meter por donde nos quepan. Supongo que esperan que les
aplaudamos.
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