Preparémonos: nada será lo que parece

Ya juegan a la confusión: "No es lo que parece"

Tras un Rajoy declarando solemnemente que no ha recibido dinero negro en el caso Bárcenas, he visto a un Richard Nixon negando su participación en el caso Watergate con la dramatizada y ofendida respuesta de “No soy un ladrón”. Eso no significa que el primero vaya a acabar como el segundo, fundamentalmente por cuatro razones:

1. El poder Judicial en los EEUU es infinitamente más independiente respecto al Ejecutivo que en España, donde el PP ha trufado la justicia con centenares de simpatizantes, comulgantes y militantes sin carnet. Recuerdo: Garzón fue el instructor inicial del Gurtel.

2. La sociedad americana es intolerante con un presidente que miente o que es sospechoso de delito. La española, muy acostumbrada a la cultura del sobre, suele ser comprensiva y, en gran parte (los votantes del PP) insensibles a la corrupción. Véase los resultados electorales.

3. El PP, sin fugas ni filtraciones, se aferrará al “no es lo que parece”. Preparémonos a la gran campaña de denuncia - "Todo ha sido una conspiración contra el PP" - a través de todos los altavoces de la caverna mediática y virtual, incluída, y sobre todo, TVE. La culpa de todo, el malo de Rubalcaba.

4. En caso de demostrarse delito, habrá prescrito en su mayor parte, con  lo cual solo hay responsabilidades políticas y eso el PP se lo pasa por el forro. Bárcenas, sus 22 millones en Suiza y sus 10 millones de blanqueo nada tendrán que ver con el partido. Resultará que los ha ganado con su honrado esfuerzo.

El mayor escándalo político de la democracia engendrará la mayor frustración social jamás registrada. Y eso también beneficiará al PP. Los suyos lo votan contra viento y marea.

Conviene, pues, no crear falsas expectativas de dimisiones o elecciones y espabilarse para que no se vayan de rositas.