Me lo cuenta un
microconstructor que lucha por salir adelante . A pesar de un ajuste de sus
propios precios, no puede competir con quienes se aprovechan del paro porque sus
presupuestos siempre son más baratos. Cientos, miles de trabajadores de la
construcción y de sectores derivados, acuciados por la necesidad y el
desempleo, trabajan por salarios ínfimos y, con frecuencia en negro: la crisis
es un regalo para el empresario desalmado.
No es de extrañar que
haya brindis a principios de cada mes cuando el INEM proporciona la trayectoria
del desempleo en España. El paro ha rebajado el valor del trabajo. Interesa que
siga porque proporciona más beneficios.
En el otro lado, apostar
por el desastre también proporciona ganancias. Las da a todo el entramado de las agencias
de calificación y a los especialistas en los grandes fondos de inversión. Un “trader”
londinense no se ha empachado al confesar ante la BBC que la Bolsa no está para
arreglar la economía sino para hacer beneficios: “La crisis es un sueño para
hacer dinero”. http://www.20minutos.es/noticia/1169967/0/alessio/rastani/crisis/
Son los carroñeros de la crisis.
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