Vistas de página en total

jueves, 24 de septiembre de 2015

Se acabaron las clases y ahora todos a jugar


El patético pulso pro/anti independencia de Catalunya demuestra que ninguna de las dos partes en litigio está a la altura; es una batalla de liliputienses.

Mas, bajo el palio de la ANC, tira del discurso épico y emocional  de un noble país subyugado por el imperio del mal y promete llevarlo al paraíso (de todo menos fiscal) siempre con las amables cámaras y micros de TV3 y Catalunya Radio. La propuesta es de una sencillez aberrante que, por supuesto, genera la adhesión de una mayoría. Equivale a decir a los párvulos que se acabaron para siempre las clases y ahora todos a jugar.

Y Rajoy con el Apocalipsis. Como Marlon Brando en el papel del coronel Kurtz, anda medio zombi y prefiere que sean sus monaguillos quienes insulten a los independentistas al tiempo que pide a sus colegas de todo el mundo que se vistan de Coco para asustar a los niños catalanes.

Con estos mimbres nadie tiene la más remota idea de las consecuencias prácticas de una eventual declaración unilateral de independencia. Todos prefieren hinchar su propio globo y a ver qué ocurre. Por lo pronto, Mas y Rajoy ocultan tras el lío las vengüenzas de sus gobiernos.

Provoca melancolía pensar en la Ley de Claridad canadiense en el caso de la independencia de Québec mediante la cual ambas partes, bajo la tutela de un Tribunal Superior, debían redactar un texto conjunto sobre las consecuencias económicas, políticas y sociales de la independencia para que el votante sepa lo que vota. Aquí preferimos la práctica de los juegos malabares.

Por cierto, si se puede acceder a la independencia desde unas  elecciones autonómicas por mayoría simple también podría anularse esta independencia por el mismo método algún tiempo después… Que dios nos proteja porque veo que no hay nadie Mas que lo haga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.