¿Derecha-izquierda? ¿Nuevo-viejo?

Una de las innovaciones de las nuevas fuerzas políticas emergentes en ese despistado siglo XXI es dar por hecho de que el paradigma "izquierda-derecha" ya no sirve como referencia ideológica sino que lo que ahora priva es el de "nuevo-antiguo". Con lo cual me pongo a temblar porque resulta que la democracia tiene veintitantos siglos, la pobre.

No solo eso sino que, siendo la novedad un concepto meramente temporal, desprovisto de conceptos éticos, cada minuto que pasa concibe algo más nuevo, que substituye a lo antiguo del minuto anterior. Como para volverse loco...

Me temo que, de no volver pronto a la realidad, vamos camino de plantearnos la substitución de la inteligencia por la euforia insustancial, ingenua y volàtil. Negocio de borrachos, claro.