Unos pusieron las urnas por bemoles y otros los
antidisturbios porque a chulo nadie me gana. En medio estaba la gente y, claro,
recibió los palos. Agredir y maltratar a personas de la calle como si se tratara de elementos
peligrosos no tiene justificación. Se esperaba una
jornada de juego del gato y el ratón, de yo abro y tú cierras y al revés - pero
jamás de violencia policial injustificada. Algunos – quizás pocos pero en los
dos bandos – han permitido que así suceda.
No hay lugar para el debate de eventuales provocaciones; a la vista de lo
ocurrido solo se admite la mayor: un grave error en la actuación policial y
ya no digamos política. Si Rajoy y sus fenómenos estaban convencidos de que el referéndum
era una farsa… ¿porqué reprimirla como si fuera una jauría humana?
Un corresponsal extranjero ha publicado: "De nuevo, España se dispara un tiro en el pie". Desde hoy se
abre la versión siglo XXI de las dos Españas, desaparecen los matices, las
posibilidades de una solución negociada; aparece la brocha gorda y se instala
la manipulación de la imagen, cada uno con la suya. Instalamos la dialéctica
hooligan del Barça-Real Madrid en la vida
institucional y social.
Desengañémonos, mienten quienes afirman que eso acaba
con Rajoy; al tipo del puro y el Marca solo lo echa una nueva mayoría en el
Congreso de los Diputados. Hubo una posibilidad en las últimas elecciones pero
naufragó y ya pasó la hora de analizar el porqué. El inquilino de La
Moncloa se hará fuerte en una de las dos España porque, además de la derecha,
tiene a su vera la extrema derecha en el único país de Europa que no tiene partidos
formales de extrema derecha. Los tumultos siempre benefician a los conservadores. Tras
la revolución de mayo del 68 en París, que puso todo patas arriba, la derecha francesa
siguió gobernando 13 años más.
Al otro lado, los fogoneros de la independencia ya tienen la
imagen que necesitaban: la torpe actuación policial contra ciudadanos
indefensos, cuya imagen recorrerá todo el mundo a mayor velocidad que la de un triplete de
Messi. Un pueblo agredido es un pueblo unido: así se ganan mayorías electorales
como no tardaremos en constatar.
Toni Soler, indepe de
pro y autor de magníficos programas en TV3 como “Polònia”, reveló esta semana
una estrategia razonable: “Hace falta montar un pollo para que se escuche la
voz de Catalunya”. El pollo, sin embargo, ha acabado siendo un Tiranosaurus Rex
que se ha llevado por delante todas las estrategias razonables.
Ya sé que conflictos internacionales mucho más graves –
incluso con sangre de por medio - se han resuelto tras arduas
negociaciones. Sería irresponsable vaticinar que no hay solución pactada
posible. Pero se ha permitido la propagación del odio en demasiada gente y se ha clavado demasiadas espinitas en los corazones, lo cual me temo
que, como mínimo, prolongará la salida al conflicto muy lejos en el tiempo.
Después de este domingo nefasto nadie es capaz de vislumbrar cuándo y dónde
termina la oscuridad del túnel en el que unos y otros nos han metido. Solo
deseo equivocarme.
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