Si yo fuera
Pedro Sánchez llegaría a un pacto inmediato con todos los canales españoles de TV para que emitieran, en sesiones intensivas, las cuatro temporadas de la seria
danesa “Borgen”, cuya protagonista no es otra que la alta política del pacto permanente.
Al mismo tiempo, citaría a los portavoces
parlamentarios para encerrarse 10 horas durante 4 días en una cómoda sala con
pantalla, emparedados y cervezas 0% para seguir, sin rechistar, todos los
episodios uno tras otro. Es la más útil medicina que tanto los españoles como sus representantes políticos necesitan ahora mismo aunque ninguno de ellos lo sepa.
Sujeta a una
ficción muy realista, la centrista Birgitte Nyborg llega a la presidencia danesa
tras unes elecciones en las que no ha sido la más votada pero ha logrado
generar una inestable mayoría que va cambiando a lo largo de la legislatura,
finalmente una de las más fructíferas porque el país ha avanzado en varios frentes importantes.
Además de la
pericia de la presidencia, todo sale adelante gracias al sentido común y a la exacta percepción de la realidad que ejercen los representantes de todos los partidos que, sometidos a
los principios de la teoría de los juegos, van generando acuerdos a varias bandas, asimétricos, en los que todos, a la larga, salen ganando. Y sobre todo Dinamarca,
claro.
La serie ha constituido un
rotundo éxito en 60 países.
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