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miércoles, 17 de junio de 2015

Un Gobierno de boinas

Nadie que haya participado en un Gobierno con vocación de servicio defiende el recorte de asesores y de cargos de dirección. Los “nuevos” gobernantes se pavonean, desde su bisoñez, de que van a acabar con ese tipo de canonjías y enchufes; si lo hacen, lo lamentarán. Caerán en un error de apreciación muy extendido: confundir la maldad el sistema con el mal uso que se hace del sistema. Si alguien provoca daños con un cuchillo, se prohiben los cuchillos y asunto concluído. A comerse el jamón a mordiscos.

¿Que se han producido abusos en los nombramientos? Probablemente. ¿Qué se ha colocado al amiguete en un cargo? En algunos casos, sin duda. Pero la solución no está en cortar por lo sano sino en garantizar, desde la transparencia, que la persona nombrada ostenta las capacidades y la experiencia para desarrollar su tarea con toda solvencia. Sin colaboradores expertos es muy fácil caer en un Gobierno de boinas.

La derecha no necesita asesores ni demasiados altos cargos en el Gobierno porque los tienen en otras partes: banca, patronales, grandes empresas, despachos de abogados amigos… que, por la puerta de atrás, cobran minutas en especies de la Administración. Su defensa del recorte tiene trampa: su objetivo es impedir que la izquierda disponga de medios para un buen Gobierno. Es una pena que los neófitos solo aprendan después de haber cometido el error.

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