Conste que lo de “quien se mueva no sale en la foto” de
Alfonso Guerra me gustaba. Era indispensable consolidar una democracia incipiente y amenazada con partidos fuertes y bien organizados. Pero ahora, cuando se lo explicas
a un joven no comprende la gracia ni sabe quién es Guerra. 40 años nos separan.
Rodolfo Llopis, tras vivir la guerra civil, guardó durante
30 años la bandera del PSOE en el exilio. Y en 1974, cuando cuando ya regresaba a España ondeando el estandarte, se lo birlan en Suresnes un grupo de jóvenes andaluces y vascos porque ese secretario
general representaba el pasado y carecía de conexión emocional con la sociedad
española que debía estrenar democracia. Lógico. Actuaron con inteligencia y pusieron
al frente a un abogadillo llamado Felipe González que se convertiría en el
presidente de la auténtica transformación de España, de las cavernas a la
modernidad.
Hoy estamos exactamente en la misma situación, solo que 43
años después. Quienes arrebataron la bandera a Llopis se niegan a cederla a una
nueva generación del siglo XXI, con referencias más modernas, más cerca del pulso de los militantes, a
quienes les importa un pepino salir o no en la foto.
Si este domingo gana
Susana Díaz, la bandera seguirá en manos de la División Viejuna (más allá de la
edad) y el PSOE, como sus colegas franceses y holandeses, se encogerá hasta la insignificancia. Patxi López no ganará porque ha querido ser
árbitro sin darse cuenta de que los árbitros no ganan partidos sino que, en
todo caso, si son malos los hacen ganar a los demás. Si gana Pedro Sánchez aparecerá una
oportunidad para dejar el pasado en el Cuadro de Honor Socialista y trabajar
con nuevos modos, nuevas caras, nuevos lenguajes, nuevas sensibilidades y
nuevas políticas sobre frontispicio de los valores republicanos: libertad,
igualdad y fraternidad, un postulado tan sencillo y complejo.
Iñaki Gabilondo bajó ayer durante un minuto la guardia
impuesta por el general Prisa y dijo que la militancia del PSOE ha dado
muestras de una implicación y una vitalidad envidiables. Es probable que
Sánchez sea el próximo secretario general, pero la mejor noticia es que habrá
ganado la militancia. Entonces será el momento de emprender la remontada. No
será la primera.
¡Anda, Jordi, que tú debes ser del frente de juventudes! Y siempre tan lejano y crítico con el "General Aparato" local. ¡Ya te vale! Olvidas decir que el pasado lo representa alguien que ya fue secretario general y no se cansó de pisotear la voluntad de la militancia (Madrid, Pontevedra, Orense, Palencia ... ¿sigo?) para conducirnos por un vertiginoso camino de derrota en derrota, hasta que un órgano legítimo y democrático consiguió evitar la debacle final, simplemente votando no a su propuesta de llevar a cabo un congreso exprés sin adversarios. Olvidas que el futuro está con quien pueda llevarnos a la victoria electoral, y que de los tres candidatos sólo una ha demostrado que puede hacerlo. Realidad empírica contra postverdad. En fin, es una lástima que una pluma tan brillante y divertida en sus formas, se vuelva tan poco libre y sumisa en su contenido. Piénsatelo.
ResponderEliminarSi, efectivamente, esto lo he escrito en la cheka del tercer sótano mientras los comisarios políticos me arrancaban las uñas y me envolvían la cabeza con toallas empapadas. Y, yo, francamente, no resisto este tipo de tortura. He cedido; soy un pobre y sometido miserable que no merece tu perdón...
EliminarEstoy Contigo Jordi si Susanita liberal gana el PSOE se dirige a la irrelevancia. SAludos desde Gijón José Manuel Fernández Ortiz
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