No puedo
recordar el nombre del escritor alemán que el 1 de setiembre de 1939 dejó
anotado en su diario algo así como: “Esta mañana tenemos noticia de que el
ejército alemán ha invadido Polonia. Ya me informaré con más extensión por la
tarde porque ahora debo ir a la piscina”.
Siempre
me ha fascinado la poca visión del ser civilizado para evaluar la envergadura
de los grandes acontecimientos históricos al mismo tiempo que se están
produciendo. No sé si es cierto que, cuando los “sans culotte” se dirigieron a
las puertas de Versalles, María Antonieta dijo lo de “si el pueblo pide pan,
dadle pasteles" y se fue tan campante. La guillotinaron al día siguiente.
De
ser verídico definiría esa incapacidad tan moderna para otorgar, al inicio de
los hechos, el auténtico alcance de la tragedia que se avecina.
Me
temo que el caso catalán va a ser uno de ellos, pero con la idiota peculiaridad
que tanto Rajoy como Mas, con sus respectivas huestes se creen
Napoleones y que en este conflicto serán aclamados por sus pueblos. Ambos se
han vuelto locos y no saben que llevan granadas en el bolsillo sin palanca de
seguridad.
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